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El maravilloso y asombroso mundo de la temperatura de color (CT y CC)


Lo primero agradecer a los que leéis el blog. Da mucho gusto saber que por lo menos os entretengo un rato y encima me llena de orgullo vuestros comentarios positivos para seguir con este blog, 

Muchas gracias.

Y ahora, ¡Al tema!

Muchas veces en un rodaje es fácil oir decir a un eléctrico, “¿lo quieres frío o caliente?” No es que repartamos cafés con el resto del equipo… que también podría ser. Hablamos de la temperatura de color de la luz. La fría con un estándar de 5600k y la caliente, con un estándar de 3200k.

Pero, ¿Qué es esto de la temperatura de color?, ¿De dónde viene? 

Como todo nuestro trabajo con las luces o nuestra vida cotidiana, tiene una explicación física. Sí, unos señores de bata blanca nos dan las razones de porque el mundo gira, porque sale el sol todos los días. Y también explican porque unas luces son frías y otras calientes. Espero explicarlo correctamente y de forma sencilla… no llevo bata blanca.

Empecemos por una definición (como en los libros de texto del cole).

La temperatura de color de una fuente de luz se define comparando su color dentro del espectro luminoso (400nm a 700nm) con el de la luz que emite un cuerpo negro (300k) calentado a una temperatura determinada. Por este motivo esta temperatura de color se expresa en Kelvin (K), a pesar de no reflejar expresamente una medida de temperatura, por ser la misma solo una medida relativa.

Un negro absoluto no existe (que absorba un 100% de la luz), ni en la naturaleza, ni de forma artificial. Aunque hay científicos… si los de la bata blanca que tratan de conseguirlo, hace poco leí un artículo sobre eso. 

El espectro luminoso visible por el hombre está comprendido entre los 400nm y los 700nm (nanómetros) Son longitudes de onda. Y en ese rango están los colores.

Efectivamente, un cuerpo negro a temperatura ambiente (300K) emite y recibe radiación en infrarrojos de longitud de onda larga. Si se va calentando, conforme aumenta la temperatura emitirá radiación en una longitud cada vez más corta; en cierto momento empezará a emitir en radiación visible, en color rojo muy oscuro (se pone al rojo) y si se sigue aumentando la temperatura lo hará con longitudes cada vez más cortas, conforme a la Ley de Wien (por si alguno quiere profundizar en eso). A partir de cierto momento, irá sumando los colores del espectro en su orden (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta), sumando colores. Hacia una temperatura de 6000K (aproximadamente la temperatura superficial del sol), emitirá todo el espectro visible, consiguiendo luz blanca, y a partir de ese momento irá sumando radiación ultravioleta.

Cuando la luz se produce por una fuente de calor (vela, bombilla de incandescencia) la temperatura de color es aproximadamente la temperatura de la fuente. En las lámparas modernas el color de la luz depende de otros factores, como de los gases que componen el ambiente de la descarga.

Algunos ejemplos aproximados de temperatura de color:

1700K: Luz de una cerilla

1850K: Luz de vela

2800K: Luz incandescente o de tungsteno (iluminación doméstica convencional)

3000K: tungsteno (con lámpara halógena)

4000–4500K: Lámpara de mercurio

2700K hasta los 6000K: Luz Fluorescente (aproximado)

5500K: Luz de día, flash electrónico (aproximado)

600K-4500K: HMI (industria del cine)

5780K: Temperatura de color de la luz del sol pura

6420K: Lámpara de Xenón

9300K: Pantalla de televisión convencional

28000–30000K: Relámpago

La temperatura de color se usa en muchas ramas de la industria y la técnica, concretamente en fotografía y cine donde su efecto produce colores dominantes que pueden afectar a la calidad de la imagen. Igualmente es utilizada en astronomía. Concretamente, analizando el espectro de una estrella, se puede relacionar su clasificación y, además para determinar el desplazamiento con respecto a la Tierra. Así, si la estrella se ve en tono rojizo, se trataría, bien de una estrella fría, que se aleja de nosotros o que se acerca si se trata de tonos azulados. ¡Curioso!

La temperatura de color de las cámaras profesionales se ajusta seleccionando el filtro correspondiente preajustado, en las típicas cámaras de ENG de la tv. O haciendo un balance de blancos.

El balance de blancos ajusta la crominancia. Es algo que nuestro cerebro hace de forma automática.

Esto está en todas las cámaras, incluso en las cámaras de fotos más domésticas. El balance de blancos es poner un blanco, por ejemplo un folio, delante de la cámara y decir a la cámara que eso es blanco. Así evalúa la escena y las luces con sus dominantes cromáticas y las ajusta al blanco. En una habitación llena de lamparas de tungsteno (en peligro de extinción) la dominante es cálida, naranja/rojiza. Al poner el blanco la cámara interpreta que no es anaranjado sino blanco. Si abriésemos una ventana y entrase la luz del día, la dominante cromática cambiaría y habría que volver a realizar el balance de blancos. Probarlo con vuestra cámara, normalmente vienen unos balances predeterminados. Otro ejemplo son los fluorescentes de una oficina o de un súper. Muchas de ellos podrán tener una temperatura de color fría, 5600k, pero también pueden tener una dominante de color marcada. Generalmente la dominante es verde. Todas estas cosas se pueden corregir. En el caso profesional con filtros especiales para la luz o la cámara y un buen balance de blancos. También en post producción hay una corrección del color. Antiguamente las películas de celuloide estaban balanceadas a tungsteno o luz día. Eso quería decir que las que eran “T” (tungsteno) todas las luces con temperatura de color de 3200k se veían blancas. Las películas que eran “D” (luz día), todo lo que era 5600k se veía blanco.  

La curva de confort de Kruithof

La temperatura de color se usa para la selección de las lámparas en la iluminación de usos comercial o doméstico. Suele preferirse usar lámparas alrededor de los 2800K cuando se quiere generar un ambiente confortable y cálido como en habitaciones, restaurantes, hoteles, etc., pero solamente cuando los niveles de luminancia son bajos. En tiendas comerciales, se instalan frecuentemente lámparas de temperatura de color de alrededor de los 4000K, con mayores niveles de luminancia. Finalmente se dejan las lámparas alrededor de los 5600K (luz de día) para zonas de trabajo visual intenso como talleres, cocinas.

Y es que una cuestión importante es el nivel de la iluminación (luminancia). Si esta es baja, con temperaturas de color altas, de alrededor de 5800 K, la luz resulta fría. Es el color de la luz solar. En el exterior, en la calle hay mucho nivel de iluminación, imaginad un día de verano, ahí no resulta fría. Es decir, con intensidades de luz bajas, es conveniente tener temperaturas de color bajas; si la luminancia es alta, se pueden tener temperaturas de color altas. 

En la curva de Kruithof se representa la relación entre la luminancia (o nivel de iluminación) y la temperatura de color, delimitando las zonas en la que la iluminación resulta agradable para cada temperatura de color. 

Cuando se instalaron en el mercado las luces de bajo consumo mucha gente cambió su vieja bombilla de tungsteno por una de esas. El caso, es que estas bombillas están balanceadas en luz fría o caliente. Lo que pasó es que un cálido y acogedor salón se convirtió en una oficina con luz fría. ¿No os ha pasado ir a un hotel o una casa rural con una bombilla de cada temperatura en cada lámpara? Sé que ya es rizar el rizo pero me perturba esos cambios de temperatura de color, son raros. De hecho len os supermercados antes usaban mucho los tubos fluorescentes fríos y cada vez más usan tubos más cercanos a una temperatura que no es ni fría ni cálida, unos 4000k. 

Por último, una curiosidad que muchos sabréis. Los tubos fluorescentes de las carnicerías suelen dar una dominante magenta que hace que la carne se vea más roja y por tanto mucho más apetecible ¡ÑAM!

Gracias.

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